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“Ikigai” es un término japonés. Tiene que ver con tus sueños. Lo encontré en un artículo que leí hace unos días y me llamó mucho la atención. Un psicólogo español lo mencionó en una entrevista que dio a un periódico.

Entre muchas cosas, este experto habló también del “Kintsukoroi”. Esta palabra también es japonesa. Y se refiere a una técnica que emplean en ese país para arreglar un objeto de cerámica que se ha roto.

Lo que hacen los japoneses es que toman los pedazos del objeto. Pero para repararlo no usan un simple pegante. Sino un barniz al que mezclan metales preciosos como oro, plata o platino.

Su objetivo es que la pieza rota luzca aún más bella que antes de romperse. Porque esas grietas que quedan luego de unir las piezas simbolizan la historia y la experiencia. Y eso en vez de ocultarse debe mostrarse.

Kintsukoroi Y Vivir Sin Vergüenza Para Lograr Tus Sueños

Vivir sin vergüenza es aceptar la enseñanza de las derrotas.

Vivir sin vergüenza es aceptar la enseñanza de las derrotas.

La historia de algo, dicen los japoneses, hace que cada pieza sea única. Porque demuestra varias cosas. Por ejemplo, que ese objeto ha sufrido una transformación. Pero, sobre todo, que se ha sobrepuesto a los problemas, por decirlo de alguna manera.

Con nosotros, los seres humanos, ocurre lo mismo. A veces tenemos inconvenientes, unos mayores que otros. En ocasiones nos sentimos tristes o no vemos la salida a una situación que no nos gusta. En ciertos momentos tapamos nuestras cicatrices.

Pero la realidad es que deberíamos ser como esas piezas de cerámica. Que cobran más valor si tienen más cicatrices. Porque eso significa que han luchado y sobrevivido a muchas batallas.

Lamentablemente, lo que hacemos los humanos es tapar nuestras cicatrices. Por miedo o inseguridad. Y vamos poniéndonos capas que de alguna manera ocultan nuestra luz o nuestros dones. Ese estado hay que superarlo.

“Ikigai”, Tu Razón De Ser Y Los Sueños

Ahí es cuando el sicólogo del que te hablé al principio emplea el término “ikigai”. Esta palabra japonesa significa “la razón de vivir” o “la razón de ser”. Según los japoneses, todos tenemos un “ikigai”.

Pero no lo sabemos. Y si acaso intuimos que lo poseemos, no somos totalmente conscientes. Hallar nuestro “ikigai” requiere de una búsqueda interna y constante. No es algo que encontremos de la noche a la mañana.

Sin embargo, es necesario que emprendamos esa búsqueda. No solo porque le da sentido a nuestra vida. Sino porque es nuestra principal herramienta cuando debemos recomponer toda o un aspecto de nuestra existencia.

De hecho, para los japoneses, el “ikigai” significa algo más. Es ese estado de realización absoluto. Un estado en el que los sueños se cumplen. Y satisfacen mucho más que el ego o las convenciones sociales.

“Ikigai” Y Tus Razones Para Vivir Y Lograr Tus Sueños

En la tranquilidad encuentras tu razón de ser y la vía para lograr tus sueños.

En la tranquilidad encuentras tu razón de ser y la vía para lograr tus sueños.

Al entrar en la búsqueda del “ikigai” aparecen muchos interrogantes. Como por ejemplo, ¿por qué me levanto cada mañana?, ¿por qué me pasa esto a mí?, ¿por qué si sé lo que quiero, siento que no puedo conseguirlo?

Pero yo creo firmemente que esa serie de preguntas son necesarias para recomponernos. Porque no puedes saber qué quieres sin antes saber qué se siente no tenerlo. Pero el “ikigai” va más allá.

Porque, dicen los maestros, que incluso en los peores momentos tú puedes sentir tu “ikigai”. Porque si tienes clara cuál es tu razón para vivir, ni la más espesa oscuridad podrá nublarte.

Por eso es tan común oír a las personas que en los peores momentos se deben tener los pies sobre la tierra. Porque cuando estás equilibrio, es fácil lograrlo. Pero cuando te amenaza un huracán, mantenerte en pie es todo un reto.

 

Descubriendo El “Ikigai” En La Vida Diaria

El “ikigai” también habla de algo que me llama poderosamente la atención. Y es que no se trata de una tarea diaria que debamos cumplir. Es decir, no descubriremos el “ikigai” si lo ponemos como una responsabilidad más en nuestras agendas.

Por el contrario, el “ikigai” se siente verdaderamente cuando surge de acciones no premeditadas. Por ejemplo, si llegas a tu casa y tu hijo te abraza y te sientes pleno y completo, descubres el “ikigai”.

O si haces un trabajo que verdaderamente te gusta. Si disfrutas el momento presente. Si te hacen feliz esas pequeñas cosas de la vida que son gratis, como caminar por el parque o un abrazo.

También descubres el “ikigai” cuando sientes que eres feliz financieramente. Pero que tu razón de ser no depende del dinero que tienes. O de lo mucho que ganas. Sino de cuánto te hacen feliz las ganancias y hasta las pérdidas. Porque cada una de ellas es una grieta que puedes resanar con un barniz de oro, como hacen los japoneses con las cerámicas.

Al hallar tu razón de vivir puedes lograr tus sueños.

Al hallar tu razón de vivir puedes lograr tus sueños.

El “Ikigai”, Tus Talentos Y Tus Sueños

Si el “ikigai” es tu razón de ser, no deja por fuera a tus talentos. Porque en la medida en que aproveches tus dones, puedes hallar un motivo para vivir. Ya sea que estos se conviertan en tu forma de vida, literalmente, o que los explores como un hobbie.

En medio de tantas preocupaciones diarias, a veces esto se nos olvida. Vivimos tan ocupados con las obligaciones, que dejamos de lado lo que nos hace palpitar el corazón. Y no tenemos en cuenta que esos dones también nos ayudan a recomponer nuestros pedazos rotos.

¿Qué tal si como inversionista aplicaras este precepto? ¿O que cada vez que tengas un inconveniente, pensaras que puedes sacar lo mejor de eso? Sé que a veces no es fácil, pero solo inténtalo.

Verás cómo en unos días, cada vez que veas que lo tienes todo y nada te falta, sentirás tu “ikigai”. Yo espero que así sea porque sé que puede darte una mejor vida. Así que, ¡ve por ello!

 

En Busca Del “Ikigai”

Buscar el “ikigai” no es una simple tarea, sino que requiere del autoconocimiento. Te dejo algunas preguntas o tips que te pueden ayudar en esa búsqueda.

  1. Piensa por un instante, ¿cuáles son tus razones de ser?
  2. ¿Lo que haces o cómo vives tiene relación con esas razones de ser?
  3. ¿Qué puedes hacer para que haya concordancia entre tus razones de ser y tu forma de vida?
  4. Después de algunos días, vuelve a hacerte estas preguntas. ¿Ha cambiado en algo tu percepción sobre tus razones de ser?
  5. Continúa con este ejercicio periódicamente y cuéntame cómo vas en la búsqueda de tu “ikigai”.

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