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El Millonario Que No Dio Herencia A Sus Hijos. Hyenuk nos regaló este Buenos Días con Hyenuk, es llamado El Millonario Que No Dio Herencia A Sus Hijos [Buenos Días con Hyenuk Chu] T1 E11… ¿Es mejor dejar herencia a los hijos o no? ¿Estás limitando su futuro o se está expandiendo?

Si lo deseas, puedes darle play y escuchar aquí mismo:

El Millonario Que No Dio Herencia A Sus Hijos

Este es el mensaje matutino de Buenos Días con Hyenuk y hoy voy a contarte una historia bastante agradable ya que una de las cosas que mucha gente me ha preguntado siempre es sobre las cosas que a veces nos encierran y no sabemos qué hacer. Vamos a hablar sobre este millonario que no dio herencia a sus hijos.

Muchas veces he hablado sobre eso, ¿no? Públicamente en los eventos he dicho, que no les voy a dejar herencia a ellos. Cuando hablo con los padres o cuando hablo con los hijos, sobre todo ellos, creen tener derecho a recibir herencia. No sé si a ti te ha pasado.

A ver, todos somos hijos, obviamente. Jaja, porque no pudimos haber aparecido de la nada, ¿verdad? Todos somos hijos de alguien. Pero para los que son papas, quiero que pienses en este momento si has pensado dejar herencia a tus hijos. O si crees que esto es necesario. O muchos trabajan hoy duramente para construir esa herencia para sus hijos.

Esto va a definir algo muy importante. Es algo que la mayoría de las personas no lo tienen en cuenta. Esto hace parte de que no tiene un plan en su vida. Y como no tienen un plan para su vida, obviamente pues tampoco incluyen un plan para sus hijos.

¿Tienes Un Plan Para Tu Vida?

Y si en este momento crees que dar herencia a tus hijos es un plan para ellos o para ayudarlos ahí es donde está realmente el problema, ¿cierto? En muchos casos, la razón por la cual yo defiendo la razón de por qué no debe uno dar herencia a nuestros hijos… Vamos a ver un poco sobre eso.

También, si eres una persona que no te dieron herencia a ti, aunque todavía no se han muerto tus padres y no estás preocupado por ese tipo de temas. Quiero que pienses en este momento. Si eres de esos hijos, que esperan recibir herencia económica. ¿Crees sentirte en derecho de recibir?

Y, sobre todo, en la población menos rica. Porque cuando los padres son ricos, hablo de rico, no de ser millonario, sino de ser ricos en cuanto a riqueza, tanto financiera, como de otros muchos temas, de mentalidad y ética y todas esas cosas… es más acostumbrado a no dejar herencia. O si se deja, se deja a través de otras cosas.

Bueno, así que hoy quiero hablarte de esta historia, entonces ¿estás listo?

El Cuento… ¿Dar –O No– Herencia?

Esta es una fábula o cuento oriental. Me lo contaron desde que era niño, seguramente porque no pensaban dejarme herencia. Me lo contaron en forma de un cuento.

Es algo sobre un abuelo muy feliz. Esto en la antigüedad, por allá en el Oriente, estaba en su pagoda. Y había acumulado tanta riqueza que ni siquiera podía imaginar todo lo que él tenía. Esa persona había trabajado mucho. Ese abuelo había trabajado en su juventud, mucho, mucho.

Y por todo ese esfuerzo, pues Dios o el universo, le premió. Y ahora pues gozaba de su vida, estaba feliz, estaba contento con todo lo que había logrado. Pero lo más importante aún es que anciano era muy consciente de sus orígenes humildes. Sabía que había comenzado sin nada. Y jamás se avergonzaba de eso.

Cuando la gente le preguntaba, él decía: «yo no tenía nada como tú, pero mira todo lo que logré». Y, muy de vez en cuando, se sentaba ahí, en esa pagoda a esperar a que viniera la gente. A que le consultaran, a que le preguntaran. Y hablaba con ellos. Para ayudar también a otras personas a que salgan de sus pobrezas. Poder ayudar también a cambiar su forma de pensar, para cambiar el destino de esa persona.

Y él decía: «Quién se imaginaría que yo, una persona obrera, humilde, iba a llegar a ser la persona más rica de esta nación. Nadie pensaría eso. Y hoy en día vivo rodeado de lujo, de comodidades».

Ya estaba más que tranquilo, disfrutando de su vejez. No salía correr para ir al trabajo, como todos los demás. Ni tenía estrés. Era una persona que se levantaba muy tarde. Disfrutaba lo que hacía, desayunaba despacio. Leía tal vez uno o dos libros que, además le gustaban.

Pero, sobre todo, daba unos paseos largos por esos campos maravillosos de su hacienda, de su rancho. Disfrutando de las flores en los jardines y demás. Su casa siempre era la mejor decorada, pero era abierta para todo el mundo. Todos podían ir allá a escuchar y disfrutar de la generosidad de este anciano.

Y bueno, en una de esas invitaciones se sentó con un amigo de él que hace tiempo no lo veía y pasaba por la nación donde este anciano estaba, porque el otro amigo viajaba mucho. Trabajaba de sol en sol, su jefe lo tenía trabajando mucho y ese también era un amigo que, como buen trabajador, tenía sus hijos, tenía algo de fortuna, pero pues no era tan rico como este. Y le hizo una consulta.

– «Oye, tú que eres un hombre respetado, tienes mucho dinero. Yo quiero comentar algo, quiero preguntarte algo y espero que no te molestes por hacerte este tipo de preguntas en tu fiesta».

Y el anciano le dijo: «No, no te preocupes, tú eres mi amigo. Pregunta, si yo te puedo ayudar en algo, con gusto lo haré».

El amigo viajero, le dijo: «Oye, te agradezco muchísimo y excelente fiesta, pero estoy algo preocupado. Y, sobre todo, preocupado por ti».

Y el anciano, un poco sorprendido, le dijo: «¿Preocupado por qué? ¿A qué te refieres con eso?».

– «No mira, es que yo veo que tú llevas mucho tiempo haciendo estas fiestas. En vez de estar ocupado con tus negocios y demás, hacerlos crecer y ahorrar y reservar un poco para dejarlos a tus hijos de herencia. Recuerda que tú tienes hijos. Esos dos hermosos hijos que tú tienes y te lo estás gastando todo y no le vas a dejar muchas cosas a ellos, ¿no te parece? Y estoy preocupado pues porque yo te quiero y quiero también a tus hijos».

El anciano se rió y le dijo: «Oye, amigo, muchas gracias por preocuparte. Pero, quiero decirte algo que tal vez tú no sepas. Es que esto de gastar mi dinero en mi felicidad, en ayudar a los demás, que otros vengan acá y disfrutar de mi prosperidad, lo hago justamente para mis hijos. Y yo pienso que cuando me muera no tenga mucho dinero porque cuando uno se muere, pues solo se va, no puedo llevarme el dinero que he construido en esta vida».

El amigo, quedó pálido, dijo: «Exactamente es de lo que quería hablar. No entiendo eso de «hacerles un favor a tus hijos», ¿cómo así? ¿qué es eso?».

Respondió: «Pues sí, bueno, este es realmente un favor que le estoy haciendo a mis hijos. Ellos, desde que nacieron mis dos hijos, han recibido la mejor educación posible. Y mientras ellos estaban bajo mi responsabilidad, yo les ayudé a formarse como personas, como seres humanos. Estudiaron en las mejores universidades del mundo. Y yo les inculqué el valor del trabajo, la ética, la moral. Sobre ser un buen ciudadano. Creo que les di todo lo que necesitan para salir adelante. Y no solamente económicamente, pagarles todo eso, sino a través de mi ejemplo. Ellos vieron que yo siempre hacía lo que yo hablaba. Siempre les mostraba con el ejemplo lo que yo les inculcaba».

Continuó: «Así que creo que les di todo lo que ellos necesitan para salir adelante. Porque no creo que sea darles la educación que sea eso suficiente. Es dar un ejemplo a ellos. De que uno puede salir de pobre a rico. Y que uno puede triunfar e ir del fracaso al éxito. Ser próspero, ser rico, se trata de una lucha diaria. Y ese es el ejemplo que siempre les he dado. Y, en este momento inclusive, a la hora de morir, estoy dando un ejemplo. De cómo debes partir de este mundo, disfrutando al máximo lo que hiciste, pero, sobre sobre todo compartiendo con los demás, dando lo que tú tienes a otros. Yo creo que ellos ya pueden labrar su propio futuro ahora que son adultos».

Y continuó diciendo. «Y sobre tu pregunta sobre dejar herencia, dejar toda mi riqueza financiera, económica… Sería hacerles un daño, porque ya no se esforzarían y tendrían ilusión para ir a trabajar. Yo estoy convencido de que si hago eso, ellos la malgastarían en caprichos, y yo no quiero que eso pase».

Dijo: «Yo realmente deseo que ellos consigan las cosas por sí mismos. Y que valoren lo mucho que cuesta conseguir eso. No quiero que se conviertan en unos vagos y destrocen sus vidas».

El amigo viajero, cuando escuchó eso, cuando escuchó la explicación de su amigo, el anciano millonario, entendió que realmente había tomado una decisión muy sensata.

Y le dijo: «Oye, amigo, unas sabias palabras. Ahora sí te comprendo. Sé que tus hijos te lo van a agradecer. Y ya sé qué voy a hacer con mis hijos, voy a cambiar mi forma de ser y gracias por haberme ayudado con eso, haber abierto mis ojos para verlo de otra forma».

¿Cuántas veces nosotros creemos que solamente dando la educación estamos dando la mejor herencia a nuestros hijos? Eso es algo que cuando yo hablo con mucha gente dice: «Es que yo no le estoy dejando dinero porque le estoy dejando la educación». La educación no es mandarlos al mejor colegio, a la mejor universidad.

Fíjate lo que dijo el anciano. Que era un ejemplo de vida.

Sé Un Ejemplo De Vida

¿Qué tipo de hombre (o mujer) eres? ¿Eres de los que vas los domingos y das donación a diferentes comunidades o en la iglesia, o en lo que sea? ¿Haces eso? ¿Eres de la persona que en su vejez o en su trabajo en tus 40, en tus 50, en sus 30 o lo que sea? ¿Disfrutas la vida? ¿Te diviertes? ¿Escuchas música? ¿Lees libros? ¿Te paseas?

Lo que quieres que hagan tus hijos debes darlo ahora. Esa es la mejor herencia que le puedes dejar a tus hijos. Podemos dejar muchas herencias, que están ahí ocultas, que muchos no las miran. Espero que te haya encantado, te haya gustado este episodio del millonario que no dio herencia a sus hijos.

Como siempre, espero que te haya servido de algo y si crees que alguna otra persona necesita este mensaje, ayúdame a compartir este mensaje con esa persona, con ese papá cuyo hijo es rebelde y no entiende por qué no le quieren dejar herencia. Para que sepas de una vez qué tipo de herencia le vas a dejar. Benjamin Franklin creo que dijo:

«Si no tienes un plan, ya tienes un plan para fracasar».

Espero que te haya gustado esta charla matutina y, como siempre, te mando una enorme energía positiva y bendiciones. Chao.


En Buenos Días con Hyenuk me vas a encontrar hablando sobre temas cotidianos, pero abordados desde un punto de vista algo distinto.

El objetivo con estas sesiones es hacerte reflexionar sobre lo que pasa en tu día a día y que sepas que eso por lo que estás atravesando –sea lo que sea– alguien más lo ha vivido.

A fin de cuentas, nos enfrentamos a casi las mismas circunstancias, la diferencia está en cómo respondemos a ellas.

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