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NeuroFinanzas es un término que está cobrando relevancia. Así como en algún momento también lo hizo la programación neurolingüística. O como lo hace cada vez más el denominado neuromarketing.

Pero ¿a qué se refiere el término neurofinanzas? ¿Por qué puede ayudarte a ser un mejor inversionista en la Bolsa de Valores de Nueva York? Básicamente, esa palabra tiene dos orígenes principales.

En primer lugar, neuro viene de “nervio”. A partir de esa raíz se han generado otras palabras como neurona. Todas ellas tienen un común denominador. Se refieren a la forma como opera el cerebro de las personas.

Por otro lado, la famosa palabra se refiere a las finanzas, en este caso, a las personales. Es decir, a la forma como manejas tu dinero.

Si juntamos los dos orígenes, tendremos el significado de neurofinanzas. Esta es la ciencia que estudia lo que pasa en tu cerebro cuando tomas decisiones relacionadas con tu dinero. Porque, aunque a veces así lo parezca, ese no es un proceso automático, sino que requiere poner a trabajar ese órgano vital.

NeuroFinanzas: Ser Rico o Ser Pobre

Eres rico o pobre según tus neurofinanzas – Hyenuk Chu Foto: Pixabay

Eres rico o pobre según tus neurofinanzas – Hyenuk Chu – Foto: Pixabay

Por lo anterior, se puede decir que las neurofinanzas cumplen otra función. Es lo que pasa en tu cerebro, sumado a otros factores, lo que determina tu nivel de riqueza. Sí, de él depende que seas rico o que seas pobre.

En pocas palabras, todos tenemos la capacidad de generar riqueza. Y de hacerlo, aunque crezcamos en un entorno adverso o donde no hay mucha abundancia. No podemos culpar al entorno de todo, sino que debemos tomar responsabilidad por lo que nos pasa.

En ese sentido, la diferencia entre unas personas y otras, en términos financieros, recae en las decisiones que toman. Es decir, en la forma como reacciona su cerebro ante un hecho y a lo que decide hacer con este hecho.

Te pongo un ejemplo. Si vas por la calle y te encuentras una moneda, tienes tres opciones, por lo menos. Puedes pasar derecho, puedes tomarla y gastarla o puedes tomarla y ahorrarla. ¿Ves? Nada te impide tomar una decisión o la otra.

Sin embargo, es más posible que si la tomas y la ahorras, seas una persona con un cerebro orientado hacia ese tema. Si la gastas, es posible que seas una persona más orientada a no ahorrar.

Las Emociones Y Las NeuroFinanzas

Pero hay otra variable que se debe tener en cuenta al hablar de las neurofinanzas. Se trata de las emociones. La ciencia ha comprobado que, cuando se tienen emociones positivas o negativas, se activan diferentes partes del cerebro.

Y que eso, además, genera otras reacciones en el cuerpo como la producción de hormonas. Así, cuando sientes una emoción negativa como el estrés, por ejemplo, generas cortisol. Y una exceso de este puede causarte daños en tu sistema digestivo.

Por otro lado, si sientes un profundo sentimiento de alegría, activas el sistema inmunológico. Y, por lo tanto, ayudas a que el cuerpo se renueve y se sienta a gusto con él mismo, lejos de cualquier temor.

Aunque no parezca a simple vista, esto está íntimamente relacionado con las finanzas. La pérdida de dinero, aunque no lo veas, causa un efecto en tu cerebro. Y este se refleja en tu cuerpo. ¿Alguna vez, cuando has perdido dinero, te ha dado gastritis? Es por eso.

En el otro lado de la moneda están las ganancias. Como estás producen una sensación y emoción positiva en el cerebro, en el cuerpo también se siente. Un aumento de la energía, por ejemplo, es producto de la activación del cerebro por cuenta de una emoción positiva.

El cerebro, de alguna forma, se vuelve adicto a esas sustancias. Por eso, las personas tienden a ser recurrentes en ciertos comportamientos. Lo grave es que no siempre buscan lo que les da bienestar, sino todo lo contrario. Esos son los pensamientos que se deben evitar.

NeuroFinanzas En La Práctica

Termostato financiero y neurofinanzas están relacionados – Hyenuk Chu Foto: Pixabay

Termostato financiero y neurofinanzas están relacionados – Hyenuk Chu Foto: Pixabay

Pero ¿cómo se refleja todo esto en el día? Lo hablamos, siempre, solo que a veces no nos damos cuenta:

  • Velocidad: cuando tomamos una decisión de inversión pausada, generalmente nos sentimos bien. Cuando lo hacemos a la carrera, nos quedan dudas o no obtenemos lo que esperamos. Por eso en las inversiones es mejor ir lento, pero seguro.
  • Ganar a toda costa: si no controlamos nuestro cerebro, y dejamos que a la avaricia nos gane, podemos tomar decisiones de inversión poco acertadas. Es mejor inversionista el que sabe alejarse del mercado cuando reconoce que no es el mejor momento para invertir.
  • Niveles sicológicos: cuando las acciones llegan a precios como US$100 o US$1.000 o niveles que terminan en ceros, los inversionistas entran en pánico o euforia. Esto pasa porque el cerebro fija esos niveles y conduce a la persona a actuar cuando se presentan. Pero invertir en esos momentos debe estar anclado con otros indicadores.
  • Termostato financiero: se refiere al nivel de riqueza que tu cerebro está dispuesto a aguantar. Muchos ganan tanto dinero, que lo pierden en un segundo porque su mente no concibe tanta riqueza. Por eso es clave no solo aprender a perder, sino también a ganar.
  • El sabelotodo: otro engaño del cerebro consiste en hacerte creer que eres el mejor, cuando en realidad has estudiado o practicado poco para serlo. Pero puedes revertir esa situación siendo consciente de tus limitaciones y superándolas.
Para que no olvides sobre tus neurofinanzas – Hyenuk Chu

Para que no olvides sobre tus neurofinanzas – Hyenuk Chu

¿Entonces, Cómo Invertir Mejor? 5 Consejos

  1. Acostúmbrate a no tomar decisiones de inversión de afán. Es mejor que hoy no inviertas, si en realidad no hiciste tu análisis, por ejemplo. Mejor déjalo para mañana, así cuidas tu dinero. No hay afán de perder dinero.
  2. Ten en cuenta que siempre hay un margen de error en tus operaciones. Entonces, evita sentirte culpable si no lograste lo que pretendías. Retoma las enseñanzas y prepárate para intentarlo de nuevo.
  3. No temas equivocarte. Tu cerebro te dirá que no eres bueno para nada, pero sabes que un error tiene solución. Así que, si hoy perdiste dinero, más bien revisa por qué y mejora en lo que estés fallando.
  4. No le tengas miedo al cambio. El mercado siempre es volátil y, afortunadamente, tu tienes una gran capacidad de reaccionar. Así que muévete según lo que más te convenga. Y no temas cambiar de decisión si sabes que es lo mejor para tu dinero.
  5. Rodéate de gente que te hable claro sobre lo que piensas o haces. En finanzas tu mejor amigo no es el que te complace, sino el que te abre los ojos con respecto a tus posibles errores.

Espero que este tema te ayude a tomar mejores decisiones cuando inviertes en la Bolsa de Valores de Nueva York. Y cuando tienes que manejar el dinero que llega a tus manos. Recuerda que a nadie le importa más que a ti. Ahora, cuéntame qué opinas:

  1. ¿Crees que sabes controlar a tu cerebro cuando inviertes?
  2. ¿Qué tipo de decisiones crees que podrías tomar mejor si controlaras tus emociones?
  3. ¿Cómo está tu termostato financiero?
  4. ¿Tu cerebro está a favor de tus finanzas o en tu contra? ¿Por qué?
  5. ¿Tu medio ambiente está a favor de tus finanzas o en tu contra? ¿Por qué?

Si te ha gustado el post, te agradezco que me ayudes a compartirlo en tus redes sociales. 😉🙏

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