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Las emociones del inversionista son claves al invertir, como lo hemos dicho muchas veces. Son las que, en realidad, mueven a una persona a entrar o salir de una operación. Y, en ese sentido, a tomar decisiones que puedan hacerlas ganar o perder dinero.

Sin embargo, no siempre somos conscientes de ellas ni cuando invertimos ni en nuestra vida en general. Y luego nos preguntamos por qué no obtuvimos los resultados esperados. O por qué algo no se nos dio como queríamos.

Por eso, hoy elegí hablarte de las principales cinco emociones que tendrías que cultivar como inversionista. Todos las tenemos, pero no siempre las reconocemos. Entonces, el objetivo de este post es que puedas reconocer esas emociones.

De esa manera, cuando sientas su lado positivo o negativo al invertir, podrás volver al punto de equilibro. Y, de esta manera, lograr mejores resultados sin culpar a los demás o a las circunstancias por ellos.

Emociones Del Inversionista: Conciencia

Conciencia y emociones del inversionista - Hyenuk Chu

Conciencia y emociones del inversionista – Hyenuk Chu

Vivimos en un mundo lleno de estímulos sensoriales que acaparan nuestra atención. Me refiero a todo lo que podemos leer en internet o las aplicaciones que podemos descargar. También, a la oferta de entretenimiento que tenemos y a nuestras obligaciones diarias.

Esto hace que, muchas veces, actuemos por inercia. Es decir, que hagamos una actividad de forma mecánica, sin detenernos a pensar qué estamos haciendo. O cuál es el propósito que queremos lograr con esa actividad.

Al final, nos damos cuenta de que no disfrutamos de esa actividad por estar pensando en algo más. O de que no recordamos ciertas cosas que pasaron. Básicamente, actuamos, pero estábamos distraídos.

Por eso, la primera emoción o sensación que nunca debemos olvidar como inversionistas es la autoconciencia. Esto significa concentrarnos en lo que hacemos a cada momento. Y evitar que nuestras preocupaciones o que otros asuntos se roben nuestra atención.

Emociones Del Inversionista: Elegir

Pero, ¿cómo lograr apartar una cosa de otra? ¿De forma podemos conseguir que, al hacer una actividad no pensemos en otra? Básicamente, tenemos que recurrir al principio de la utilidad. Es tan simple como eso.

Esto significa que, al hacer una actividad, debemos elegir los pensamientos y emociones que contribuyen a ella. Y dejar de pensar o sentir con respecto a lo que nos genera otra actividad. Te lo explico mejor.

Imagina que discutes con un amigo y al otro día te alistas a invertir en la Bolsa de Valores de Nueva York. Entonces, en vez de pensar en tu estrategia de inversión, te enfocas en la discusión con tu amigo.

Seguramente, si lo haces, no obtendrás buenos resultados al invertir. En cambio, si al invertir te enfocas en tu estrategia y dejas de lado otros problemas o emociones, tus resultados serán mejores.

Emociones Del Inversionista: Desafíos, No Castigos

Desafíos y emociones del inversionista - Hyenuk Chu

Desafíos y emociones del inversionista – Hyenuk Chu

En paralelo a lo anterior, debes tener muy presente algo. Cualquier experiencia que tengas como persona es eso, una experiencia. Sin embargo, muchas veces tendemos a pensar que nuestras experiencias son castigos. En especial cuando estas son negativas.

Por ejemplo, cuando tenemos un viaje y cancelan el vuelo, maldecimos porque nos cambian nuestros planes. Eso nos genera estrés y es normal. Pero, ¿qué pasaría si, en vez de verlo como un problema, lo ves como un desafío?

En ese caso, por ejemplo, podrías llamar a la aerolínea y conseguir un nuevo vuelo. También podrías comunicarte con tus empleados y avisarles que no llegarás a la reunión. Y pedirle a alguien que se encargue de lo que tu no puedes hacer por ese motivo.

¿Ves? Cuando asumes lo que te pasa como un desafío y no como un castigo, no te haces la víctima. Por el contrario, actúas para lograr que ese obstáculo no te impida seguir con tus planes. De esto se trata.

Cambio De Chip

Para lograr la meta de convertir “castigos” en desafíos solo requieres cambiar el chip. Esto significa cambiar las emociones que algo te genera. Así, luego puedes cambiar tus pensamientos y, finalmente, tus acciones.

Obviamente, el cambio de chip tiene que dirigirte hacia algo positivo. Porque si vives una situación complicada y solo crees que todo irá peor, así será. En cambio, si vives la misma situación complicada, pero te enfocas en la solución, la hallarás.

Te pongo otro ejemplo. Vas por la mitad de la carretera y tu carro se apaga. Puedes maldecir tu suerte y quedarte ahí para siempre. O tomar tu teléfono y llamar una grúa. También puedes caminar un poco hasta que encuentres ayuda en una estación de servicio.

Seguramente, tendrás mejores resultados si cambias el chip de la rabia que te genera un hecho. Y, acto seguido, piensas en lo positivo de la situación, así como en la forma de cambiarla a tu favor.

Cambio de chip y emociones del inversionista - Hyenuk Chu

Cambio de chip y emociones del inversionista – Hyenuk Chu

Procesos, Antes Que Resultados

Finalmente, te dejo una última sugerencia: enfócate en el proceso y no en el resultado. Si tu meta es solo el resultado, y no obtienes lo que querías, te sentirás decepcionado. Sentirás que nada valió la pena.

En cambio, si te enfocas en el proceso, a pesar del resultado, obtendrás ganancias y aprendizajes. Al invertir no siempre se gana dinero. Pero los buenos inversionistas, incluso cuando pierden, consideran que su operación es exitosa si siguieron su estrategia. Te dejo con esa reflexión. Ahora, comparte lo que piensas:

  1. ¿Qué evita que te concentres en el momento presente?
  2. ¿Te queda fácil o te cuesta cambiar de chip en situaciones retadoras?
  3. ¿Elijes el proceso o el resultado?

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